Desde la inauguración de esta institución ha estado colaborando con nosotros Rosa Martín Mingorance. Su labor ha sido encomiable y los frutos los podemos deducir del paso de un local de trabajo a tres; de atender a los cuatro o cinco niños con los que enpezamos a los 250 actuales. Mientras trabajaba con nosotros ha continuado su formación teológica en el centro universitario correspondiente.
Ha cubierto una etapa y va a caminar hacia otros derroteros. Agradecemos su labor y la recordaremos siempre